Tu voz me trae recuerdos de un futuro que anhelo, y así como se estremecen los árboles en el otoño, la caricia de tu voz apacigua mis tormentas llevándome a un sueño donde los dos somos un todo. No me digas, lo se no hay suficiente silencio en la distancia para dormir, tienes hambre de mí, de este vacío que solamente se llena con nosotros. Eres como el vino tinto color de sangre como las burbujas de champagne en mis sueños, como la lluvia, el viento como el torrente que descubre mi espíritu. Tus caricias me traen memorias de espacios y distancias cubiertas con frases de amor que intentaban llenar ese tiempo, esa nada que había entre nosotros. Quiero el abrigo de tus labios y la protección de tus brazos llena todos los vacíos con tu mirada, y tu cuerpo pero jamás con tu hastío. Mientras la arena cubre las noches de desvelo y mis lágrimas se ahogan en tu piel enternece mi presente con tu presencia, deja que el aire que respiro y exhalo se lleve la ausencia y vida me traiga. Tu voz me trae recuerdos de un futuro que anhelo, y así como se estremecen los árboles en el otoño, tu traes calma a mi vida y esperanza en el mañana. Derechos Reservados Roxana Rosado Fotografía: Naturaleza por Roxana Rosado